El limón es un árbol que tiene un ciclo particular, diferente al de otros frutales. Esta, de hecho, da frutos dos veces al año , sin mencionar que también es considerada una hermosa planta ornamental , capaz de embellecer cada rincón del jardín. Entre otras cosas, el limón se adapta a cualquier contexto, tanto es así que se puede cultivar tanto en macetas como en huertos de cítricos, tanto en invernaderos como en un pequeño jardín.
En ocasiones, esta planta necesita una poda específica, pero no demasiado invasiva. Para ayudarla a crecer y producir abundantes frutos, la poda es fundamental. Se cortan las ramas más gruesas y viejas, estimulando así a la planta a producir ramas más jóvenes, que luego darán frutos. La poda se realiza sobre todo a principios de primavera, pero también se puede realizar en otros meses.
Poda de limón en julio, consejo de expertos
Los riegos son fundamentales para la planta limine. Ésta nunca debe dejarse seca , especialmente durante la época más calurosa, como puede ser el mes de julio. En este sentido, podemos aprovechar un truco para abonar la tierra: utilizar altramuces picados . Los altramuces son un excelente fertilizante, rico en nutrientes y capaz de ablandar el suelo.
Habitualmente se utiliza medio kilo de altramuces por cada metro cuadrado, basta con picarlos y mezclarlos con la tierra . Podemos aprovechar este particular abono, u otros abonos particulares , una o dos veces al año, una forma de fortalecer la planta, para completar la fertilización, que debe realizarse tres veces al año, utilizando abonos líquidos de lenta liberación.
En lo que a la poda se refiere, hay que tener en cuenta cuatro reglas fundamentales. La primera regla se refiere al tiempo de intervención. Durante el año podemos hacer la poda tres veces, la primera después del invierno, es decir entre marzo y abril , prestando atención a las heladas tardías, y la segunda en pleno verano , en julio, la tercera al final del verano y principios de otoño, entre septiembre y octubre.
La segunda regla es el corte de todas aquellas ramas que suponen un obstáculo para el tronco principal, y que por tanto dan sombra y pesan sobre la copa. De hecho, el tronco del árbol debe estar siempre bien iluminado , al igual que cada rama, de lo contrario no crecerá adecuadamente. La tercera regla es cortar las ramas más altas. Por tanto, en este caso es necesario cortar las ramas que sobresalen, quizás las que sobresalen de la copa , unos 20/30 cm, compactando todo.
Por último, debemos abordar el corte de las ramas laterales, para que la planta quede más armoniosa. También en este caso es necesario cortar unos 20 cm. La poda de julio es lo que se llama “poda de contención”, por lo que debe ser muy ligera. En este caso se eliminan los hijuelos , que quitan energía, cansando a la planta y no permitiéndole crecer fuerte y vigorosa y producir frutos en abundancia.
Por norma general, con las altas temperaturas propias del verano, siempre es mejor evitar realizar intervenciones pesadas . Basta con realizar cortes precisos y ligeros, evitando deshilaches que pueden dar lugar a algunas enfermedades. En otoño, pues, se realiza la poda mayor, eliminando ramas secas o rotas que hayan llegado a su ciclo final.