Grácil, delicada y con un fuerte aspecto decorativo, la orquídea se invita a nuestros interiores para embellecerlos y aportarles un inconfundible soplo de aire fresco. Contrariamente a la creencia popular, estas estéticas plantas no requieren un mantenimiento específico. Todo lo que tienes que hacer es asegurarles una buena ubicación y regarlas con éxito, ¡lo juro! Sin embargo, ocurre que nos olvidamos de la planta afuera después del verano y una vez que han bajado las temperaturas, hace frío e incluso puede congelarse. ¿Te ha pasado alguna vez? ¿Qué hacer entonces? No te preocupes porque hoy te enseño cómo salvar una orquídea que se ha enfriado, al mismo tiempo que te doy algunos valiosos consejos sobre cómo cuidarla en invierno.
¿A la orquídea le gusta el frío?
¿Las orquídeas tienen miedo al frío? ¿Puedo poner mi orquídea afuera en invierno? No y no. La orquídea es una planta tropical que odia las temperaturas frías y requiere un ambiente tanto cálido como húmedo. Por tanto, no es posible dejarlo al aire libre para que tome un poco de aire, independientemente de la estación del año. Algunas personas incluso ponen sus orquídeas en su balcón o terraza cuando hace buen tiempo, en primavera y verano, pero yo no lo desaconsejo. En épocas de mucho calor y si la planta se expone a la luz directa, es muy probable que se queme. De esta forma no olvidarás tu planta al aire libre en otoño-invierno y no correrá el riesgo de resfriarse o incluso congelarse. En definitiva, ¿cuál es la temperatura preferida de las orquídeas?
¿Cómo conservar una orquídea en invierno y cuáles son las temperaturas óptimas?
¿Cuáles son las mejores temperaturas para una orquídea? Durante el día se aprecia una temperatura entre 15°C y 30°C y por la noche entre 13°C y 25°C. Evite a toda costa que el mercurio baje de los 15°C. ¿Pero cuánto se congela la orquídea? El daño por frío ocurre cuando el agua de las hojas se congela. Esto sucede cuando las temperaturas caen por debajo de los 0°C. A riesgo de repetirme, nunca dejes tu planta al aire libre durante los meses fríos y fríos. Pero, ¿cómo mantener adecuadamente una orquídea en invierno? A continuación os dejamos un pequeño resumen que os será de gran utilidad:
- Guarde la orquídea a una temperatura adecuada, cerca de una ventana o ventanal. Evite exponerlo a demasiada luz directa y asegúrese de que no toque el cristal. No instale su sistema cerca de una fuente de calor.
- El riego de orquídeas en invierno se realiza una vez cada 10 días. Sumerge la olla en un recipiente con agua no dura a temperatura ambiente durante 20-30 minutos. Dejar escurrir bien antes de volver a colocarlo en el platillo o en el macetero.
- No abonar en invierno, ya que la planta se encuentra en periodo de inactividad.
¿Cómo salvar una orquídea que ha pasado frío?
¿Crees que tu orquídea se ha resfriado? ¿Cómo saber si este es realmente el caso? Empiece por echar un buen vistazo a toda la orquídea. Inicialmente, el daño por frío se manifiesta como el blanqueamiento del follaje y los tallos. Luego, las hojas se oscurecen gradualmente y también pueden volverse marrones y suaves. El tejido afectado muere. Sin embargo, muy a menudo los tejidos afectados se secan y el daño se limita sólo a las mencionadas manchas ennegrecidas o marrones. ¿Pero cómo salvar una orquídea que se ha enfriado?
Tenga en cuenta que rescatar una orquídea resfriada es una tarea más o menos difícil y la mayoría de las personas a menudo terminan fracasando. Eso no significa necesariamente que no debas intentarlo. De lo contrario ! Estos son los pasos a seguir para intentar salvar tu orquídea fría:
- Coloque la maceta en una habitación húmeda, luminosa y cálida. Mantenga la planta alejada de la luz solar directa y no la coloque bajo luz artificial ni en el alféizar de una ventana. Mantener alejado de radiadores.
- Lo mejor es no tocar nada y dejar que la tierra se seque bien.
- Regar sólo cuando aparezcan nuevos brotes: hojas, tallos, raíces.
- Luego agregue fertilizante ligero, 1/8 de la cantidad recomendada.
- Finalmente, tenga paciencia y revise su orquídea para detectar nuevos crecimientos de vez en cuando.