Las hojas de laurel y la sal, tanto fina como gruesa, son componentes esenciales que sirven para diversos propósitos en nuestros hogares, no solo en nuestras cocinas.
Hay dos tipos de sal, que son habituales en las cocinas: la gruesa y la fina. Todo el mundo es consciente de su versatilidad culinaria, desde las especias hasta la conservación. Con su aroma único, las hojas de laurel mejoran el sabor de muchos alimentos y son conocidas por sus propiedades digestivas.
Sin embargo, estas dos sustancias tienen multitud de usos fuera de la cocina, muchos de los cuales son menos conocidos pero no menos eficaces.
La influencia de la sal áspera:
La sal gruesa es un artículo común en el hogar, pero su uso va más allá del sabor. Como una ilustracion:
Ayudante de lavandería:
Al hervir pasta, es habitual observar a las abuelas en países como Italia añadiendo sal gruesa. Sin embargo, ¿sabías que puedes suavizar la ropa añadiendo un puñado a tu lavadora? Lo consigue evitando la acumulación de cal en el agua, garantizando un manejo suave, sensato y eficaz de la ropa.
Reparación de Textiles:
La sal gruesa es el componente clave que mantiene las toallas flexibles o devuelve a los jeans viejos su antiguo esplendor. Evita que la ropa blanca se vuelva amarilla y devuelve la vitalidad a las prendas que han sido coloreadas. Para obtener mejores resultados, remoje las prendas en agua con una buena pizca de sal gruesa antes de lavarlas a máquina.
Usar hojas de laurel después de cocinar:
Debido a sus sorprendentes cualidades, las hojas de laurel no sólo son imprescindibles en la cocina sino también un tratamiento natural en el hogar.
Básicamente, la sal y la hoja de laurel son instrumentos simples pero efectivos que brindan resultados sorprendentes con poco o ningún costo adicional. Es hora de utilizarlos al máximo posible, no sólo en la cocina.