Limpiar el suelo: aquí está el error que te impide ser eficaz

Usar demasiados productos de limpieza, elegir productos de hogar inadecuados, etc. A la hora de limpiar, es posible que tengamos que cometer muchos errores domésticos . Esto puede hacer que nuestras tareas sean aún más tediosas y requieran más tiempo. Es posible que el resultado tampoco esté a la altura de nuestras expectativas. Se trata especialmente de la limpieza de suelos, que constituye en sí misma una de las tareas más temidas. De hecho, después de barrer o pasar la aspiradora llega el temido momento de pasar la fregona, todo ello acompañado de cansancio y dolores de espalda que no siempre resultan muy agradables. Y si has tenido la mala suerte de utilizar agua caliente para lavar el suelo, también notarás que queda llena de marcas… ¡Ese es el problema! Descubra por qué usar agua caliente es la peor ideapara hacer brillar tus azulejos o linóleo.

Por qué usar agua caliente es el peor error al limpiar el piso
Para una limpieza eficaz, generalmente utilizamos agua caliente que disuelve la grasa y elimina la mayoría de las manchas de forma más eficaz. Además, tendemos a aplicar esta misma lógica al lavar el suelo. Sin embargo, en realidad, cuando utilizas agua caliente, tiendes a notar que el suelo se pega y muestra marcas . Esto se debe a que el agua caliente se evapora y deja residuos de productos domésticos.

Entonces, ¿cómo se lava bien el piso al final?
Sobre todo, recuerda dos reglas esenciales. Primero, nunca uses agua caliente . Con agua tibia bastará. En cuanto al agua fría, se seca más rápido y uniformemente sin dejar el más mínimo rastro. ¡Por tanto es ideal! Además, recuerda que nunca debes añadir más producto del necesario. Respetar las dosificaciones facilita el aclarado del detergente y limita el riesgo de restos, ahorrando dinero. Poner demasiado no necesariamente hace que la limpieza sea más rápida o eficiente y desperdiciamos mucho.

trapear piso de linóleo
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Para un suelo reluciente, no dudes en barrer o aspirar a diario las estancias más frecuentadas como el salón o la cocina. En cuanto a la fregona, una vez a la semana es más que suficiente, siempre después de la escoba o el aspirador para retirar migas, polvo y demás suciedad. También se pueden proporcionar dos cubos para mayor practicidad y rapidez de ejecución: uno con agua y producto (por ejemplo, jabón negro, vinagre blanco o bicarbonato de sodio según el tipo de suelo).) y el otro con agua limpia para enjuagar que sustituirás cuando se ensucie demasiado. Recuerda mantener la fregona bien escurrida: ¡debe estar húmeda, no empapada! Y para las articulaciones, no dudes en traer una esponja o un cepillo de dientes viejo.

Si con todos estos consejos tu suelo no queda impecable ya no entendemos nada