Cualquiera que tenga un trozo de jardín personal en el que insertar una planta frutal suele elegir la de albaricoque para plantar. Aprovecha todo esto, de hecho, con su sabor dulce y su pulpa jugosa, son aptas no sólo para consumirlas tal cual, sino también para transformarlas en sabrosas mermeladas. Otro punto a favor de los albaricoques es que por su facilidad de cultivo y abundancia de fructificación , una planta de albaricoquero, de hecho, puede proporcionar muchos más frutos de los que una familia puede necesitar, garantizando una enorme satisfacción a sus propietarios. Pero, ¿cómo consigues tu propia planta personal? Y bueno, existe un método antiguo que no todo el mundo conoce pero que funciona de maravilla.
Haz que tu albaricoque florezca a partir de un hueso, solo haz esto primero.
Hay dos métodos principales para obtener una plántula de tu hueso de albaricoque , en cualquier caso, sin embargo, el que es más importante es la elección del fruto del que sacar el hueso . De hecho, para obtener los mejores resultados será necesario elegir una fruta bien madura , esto nos garantizará un porcentaje de éxito mucho mayor.
Una vez que hayas elegido la nuez adecuada, puedes actuar de dos maneras, ya sea introduciendo la nuez directamente en la maceta con la tierra y esperando a que la naturaleza haga su milagro, o dando un ligero empujón que hará que la nuez brote más de una vez. con seis meses de anticipación.
Para ello no tendremos más que coger nuestra propia nuez y martillarla suavemente por sus bordes, debemos tener cuidado de no romper la delicada almendra del interior y, una vez extraída, podremos pasar a la siguiente fase.
Cuando hayamos obtenido nuestras almendras o nuestras pequeñas no tendremos que hacer nada más que colocarlas en un recipiente transparente en el que hemos introducido unas hojas de papel absorbente, en este punto debemos humedecer todo con un atomizador y tapar con film transparente. . Colocando nuestro recipiente en un lugar cálido y luminoso, pero no expuesto al sol directo, al cabo de 10-15 días podremos observar las semillas dando vida a las primeras raíces, en este punto podríamos plantar las semillas o esperar un poco más. .
La mejor opción parece ser tener paciencia y esperar unos 20 días cuando, además de la raíz de la semilla, habrá brotado el primer tallo. En este punto llegará el momento de plantar todo en una maceta con tierra fértil, dejando el tallo ligeramente fuera del suelo.
De esta forma habremos obtenido nuestra plántula en tan solo 20 días , una plántula que ya estará a punto de echar sus primeras hojas y que en esta fase sólo necesitará agua y tenerla en un lugar luminoso, pero no con luz directa. .del sol que podría quemarlo.
Este antiguo truco, fruto de la sabiduría acumulada a lo largo de los siglos, es una forma gratificante de cultivar tu propio albaricoquero , participando del milagro tangible de la naturaleza y pudiendo disfrutar de sus preciados frutos al cabo de tan solo unos años.