Pues sí, parece increíble y sin embargo según algunos estudios cada vez más actuales y sobre todo eficientes para quienes buscan el ingrediente secreto que les pueda ayudar en su alimentación, parece que un aliado válido se puede encontrar en un lugar muy inusual e inesperado . alimento. Estamos hablando del ají, amado por muchos y repudiado insistentemente por otros .
Conocida, en particular, por su sabor picante y muy característico, no hay duda de que la guindilla es un alimento imposible de ignorar o incluso incluir en la dieta . Pero entre los muchos beneficios que puede aportar a nuestro organismo, el que te dejará sin palabras es el impacto que podría tener en nuestro metabolismo.
Metabolismo, una ayuda inusual proviene del ají
metabolismo aliado
Punto de inflexión inesperado para el ají (Pixabay) – Orizzontenergia.it
El secreto que podría hacer de la guindilla un alimento realmente indispensable en nuestra dieta, además de un aliado muy eficaz para todos nosotros, se debe a la presencia dentro de este alimento de un compuesto llamado capsaicina. Por tanto, es precisamente este elemento el que crea un vínculo inesperado pero tan eficaz entre este alimento y nuestro metabolismo: pero intentemos saber más y sobre todo comprender cómo puede actuar en nuestra dieta .
En primer lugar, conviene explicar que según algunos estudios, la capsaicina (que recordemos está presente en los chiles, en particular la cayena y el jalapeño) se ha destacado como un potencial aliado para nuestra salud. De hecho, este llega a tener beneficios considerables hasta el punto de influir en nuestro metabolismo: también es responsable de esa sensación de calor y de darle a nuestro cuerpo un efecto termogénico, por decir lo menos.
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Punto de inflexión inesperado para el ají (Pixabay) – Orizzontenergia.it
Esto significa, en pocas palabras, que la ingesta de guindilla puede contribuir a aumentar la producción de calor en nuestro organismo y, por tanto, en los casos más eficaces y sobre todo grandes, también a aumentar el gasto energético. De esta forma, según algunos estudios, podríamos incluso variar la tasa metabólica de nuestro cuerpo y la forma en la que utiliza las grasas para producir energía.