Si el ailanto encuentra condiciones favorables, como ocurrió en Roma, crece muy rápidamente. Conquista un metro cada año y gracias al viento y al suelo fértil logra sembrar sus semillas que permiten que las raíces echen raíces incluso bajo asfalto y cemento. De hecho, estas mismas condiciones permiten que la planta se multiplique a la velocidad de la luz.
De nada sirve cortar la planta cortándola del tronco, al igual que arrancar las raíces, el ailanto vuelve más fuerte y más invasivo que antes. Sin embargo, actualmente estas son las estrategias más utilizadas para limpiar las aceras y lograr que la señalización vial sea visible para brindar mayor seguridad en las vías tanto a peatones como a automovilistas.
Incluso las desinfestaciones clásicas no son efectivas con el ailanto, tienen un efecto breve ya que no se alcanzan los retoños que se encuentran debajo del asfalto y, por lo tanto, se necesita poco para crear una nueva planta. Así que ¿cómo se hace? Según National Geographic, los agrónomos de Estados Unidos han identificado una solución válida. Se trata de una seta que sería capaz de erradicar el ailanto. Se trata de Verticillium nonalfalfae , probablemente originaria de Pensilvania, Virginia y Ohio.